¡Cómo fue mi gente! Aquí les habla Rey Guerrero, directamente desde el corazón de Bogotá pero con el alma siempre bailando al ritmo del Pacífico. Hoy quiero llevarlos en un viaje sabroso, lleno de colores, aromas y sabores que solo nuestra tierra puede ofrecer. Vamos a hablar de la magia que traen ingredientes como la piangua, el viche curao, la longaniza de Doña Isabel, y claro, esas hierbas de azotea que son pura vida.

Empezando con la piangua, esa maravilla que nos regala el manglar. Cada vez que la pruebas, es como si el mismo Pacífico te saludara, te diera un abrazo. Y ni hablar del viche curao, esa bebida que además de unirnos y hacer celebrar la vida, tiene esa chispa especial que dicen que despierta el corazón y quizás otros… sentidos. Pero eso ya es historia para otro día, ¡eh! Ah, y la longaniza de Doña Isabel, preparada con secretos que solo el Pacífico conoce, una verdadera obra de arte.

Pero espérate, que no hemos terminado. Las hierbas de azotea, esas sí que son especiales. Con ellas, cada plato se transforma, se llena de historias y sabores que no encontrarás en otro lado. Es como añadirle un pedacito de cielo a cada bocado.

Aquí en Rey Guerrero, estamos cambiando el juego, parcero. Mostrando que la comida afrocolombiana es diversa, rica, y está llena de sabores que te hacen vibrar el alma. Con cada plato que servimos, estamos diciendo una historia, nuestra historia.

Y no nos olvidamos del planeta, mi gente. En este rinconcito de Bogotá, cada ingrediente cuenta, cada elección importa. Estamos comprometidos con llevarles lo mejor, cuidando de nuestra tierra, de nuestro Pacífico.

Así que ya sabes, si quieres vivir una experiencia donde cada bocado es un viaje, donde cada plato te cuenta un cuento, ven a Rey Guerrero. Aquí te vamos a recibir con brazos abiertos, listos para compartir contigo lo mejor de nuestra cultura.